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Nació en Barcelona en el año 1918, ciudad en que transcurrió su infancia y donde vivió la Guerra Civil. Al terminar esta, tuvo que cumplir un largo servicio militar en Salamanca y en Valladolid. Cuando tenía tiempo, visitaba museos y estudiaba las obras de grandes pintores. Este periodo le sirvió también para trenzar amistades profundas, a pesar de la dureza de la experiencia.
Al terminar el servicio militar, obtuvo una beca del Círculo Maillol para estudiar en París, donde se dedicó a pintar y a estudiar las obras de grandes pintores franceses y holandeses en los principales museos, y donde se dedicó a conocer prioritariamente a los impresionistas, nabis, fauves, entre otros. Sin embargo, no está cerrado a ninguna corriente: todo lo que se hace en Europa y a lo que él puede acceder reclama su atención.

En la Ciudad del Arte convive con otros pintores e intelectuales de diferentes paises y amplía su círculo de amistades pictóricas y artísticas en general.

Escribe una “Crónica de la pintura francesa” en la revista catalana Ariel (1947). Se interesa especialmente por las obras de Matisse, Ensor, Soutine, Munch, M. Denis, Puvis de Chavannes, Bonnard, Vuillard, Utrillo...  Siente especial admiración por Cézanne y Kokoshka, dos de sus grandes modelos.Colabora con el Colegio de España, donde conoce a Georges Braque. Participa en una exposición colectiva : “7 Peintres et Sculpteurs Espagnols”, en París y en Mónaco. Regresa a Barcelona en 1948. Viaja a Amsterdam a estudiar la pintura holandesa. En 1949 se casa con Núria Elías, escultora. Participa en numerosas exposiciones colectivas en Barcelona, Palma de Mallorca, en Tarragona y otras ciudades de Cataluña. También está presente en el Salón de Octubre del Instituto Francés de Barcelona. En todas ellas, su pintura recibe buenas críticas.

Nueva exposición en el Cercle Maillol. A partir de 1951, en que gana un premio en la Exposición Municipal de Otoño, en Barcelona, expone casi cada año en diferentes lugares de España además de una muestra muy relevante en Barcelona y una en Roma.
El Gobierno Francés reconoce su figura y le compra un cuadro. Participa en algunos concursos estatales y gana algunos premios. En 1955 recibe un importante premio en la Bienal Iberoamericana de Arte. En 1958, la Direction Génerale des Belles Arts de Francia, a través del Institut Francais, le concede la Medalla Cézanne, siendo el único pintor español que la posee.

Al año siguiente gana el Premi Sant Jordi de la Diputación de Barcelona, y  un año después, la Medalla de Plata del Colegio de Arquitectos de Cataluña y Baleares. También le conceden el Premio de las Artes de la Ciudad de Terrassa.

En 1962 publica, en el diario La Prensa de Barcelona, un texto donde explica su método pictórico que consiste en la elección de un tema cualquiera como pretexto para trabajar la luz, el color y la forma sobre una tela. En 1964 vuelve a París y conoce a Leon Paul Fargue, destacado crítico de arte. Gana el premio Ciutat de Barcelona en 1966 y expone en la Sala Parés de Barcena donde recibe excelentes críticas. Al siguiente año le otorgan el Premi Sant Jordi de la Diputació de Barcelona y el Primer Premio del Ayuntamiento de Sant Pol de Mar. Sigue con sus exposiciones individuales en Barcelona, Alicante, Madrid y otros lugares de España. Con un grupo de artistas, hace viajes pictóricos  a Alcañiz (invitados por el Ayuntamiento de aquella ciudad) y a Galicia. Después exponen allí las obras elaboradas en estos lugares, lo que representó para él una experiencia de aprendizaje colectivo motivador e interesante.En 1971 recibe la Medalla Joan Cortés – crítico de arte- de Sant Pol de Mar. En 1977 viaja a Suiza, donde participa en exposiciones colectivas en Zurich, Berna y Basilea. Expone en París y en Grenoble. El Estado Francés le nombra  Membre Associé de la Societé Nationale des Beaux Arts. Viaja a Viena, Venecia y Budapest para ver arte y pintar. Sigue exponiendo sistemáticamente en la Sala Parés de Barcelona en muestras individuales y colectivas. Nuevo viaje a Bélgica y a Holanda para pintar, dibujar y ver las obras de grandes maestros. Un canal de TV japonés le compra un lote de lienzos al óleo para un programa sobre la pintura contemporánea en España. Sigue pintando y dibujando incansablemente durante toda su vida.
La historia de su pintura es la de un trabajo infatigable y constante desde los dieciséis años, tal vez antes,  que le lleva a estudiar y componer a través de escenas cotidianas, retratos, bodegones, etc, experimentando la luz y el color, sin trascendentalismos ni ideología. Es una pintura “pura”, alejada de la “literariedad” que puede confundir o alejar -según él- al espectador de la tela. Es, sobre todo, un trabajo-estudio sobre cómo la luz conforma los colores y las formas de  las cosas cotidianas, así como de las personas con quien convive y los ambientes que frecuenta. Sus cuadros reflejan paisajes urbanos, escenas domésticas, naturalezas muertas o cualquier tema que provenga de la realidad circundante. Pintó asimismo numerosos retratos de personalidades del mundo del arte y de la cultura  que fue conociendo a lo largo de su vida. Destacan Josep Pla, Emmanuel Mounier, Pere Calders, Xavier Montsalvatge, J. Mompou, y un largo etc. Siempre tuvo una relación constante y profunda con Montserrat, un importante centro religioso y cultural de Cataluña, ya que su familia tenía vínculos con el Monasterio y allí conoció a Joaquim Mir, quien fue su maestro algún tiempo y le impulsó decididamente en su vocación pictórica.
Se le  reconoce como uno de los mejores artistas figurativos del siglo XX en Cataluña. Murió en Barcelona el 7 de junio de 2012.

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